Fuerza sobre inteligencia

... o el fracaso de la campaña federal
La estrategia gubernamental de combate al narcotráfico día a día da muestras de su inoperancia; pareciera que únicamente se ha logrado agitar el avispero y con ello provocar un baño de sangre nunca antes visto. Lo mismo en Nuevo León, que en Sinaloa, Tabasco, Guerrero, Jalisco... la narcoviolencia y sus secuelas dejaron de estar focalizadas y el fenómeno se ha dispersado a lo largo y ancho de la geografía nacional.
Es evidente la falta de viabilidad de la estrategia asumida por Calderón, basada en utilizar al Ejército como fuerza de choque frente a veloces, equipadas y bien entrenadas células de sicarios, lo que convierte esta batalla en una auténtica guerra de guerrillas, lo que naturalmente disminuye la eficacia de las grandes movilizaciones militares; así, los enormes convoys carecen de la movilidad con la que operan las bandas armadas, que siguen realizando su "trabajo" sin importar la aparatosa presencia castrense, por el contrario, la violencia sigue en escalada en un abierto desafío al gobierno.
El camino optado por Calderón es el más complicado, sangriento e improductivo que se pudo haber tomado. Será, como el mismo lo reconoció, costoso en vidas y en dinero. Sin embargo, debemos de preguntarnos si esta guerra podrá terminar y si efectivamente se podrán erradicar los cárteles de este país, máxime que como se ha visto, el narco parece una hidra de mil cabezas.
¿Qué hubiera sido mejor?
Es difícil saberlo, pero creo que una sólida tarea de inteligencia, con intervenciones "quirúrgicas" por parte de grupos especiales, tanto del ejército como de las corporaciones policiacas, hubiera rendido mejores resultados y la derrama de sangre sería mucho menor. Dar golpes certeros, específicos. Con la estrategia actual, de nada sirve capturar a distribuidores de poca monta, a gatilleros, mandos medios... siempre habrá quien ocupe esos lugares, de modo que el monstruo de las mil cabezas nunca se quedará sin alguna de ellas.

El colmo de la degradación



Me estoy comenzando a fastidiar de escribir sobre esto, pero es de verdad repugnante el nivel de degradación que ha alcanzado esta cruenta batalla por el control del tráfico de drogas en México. Apenas me entero, mediante cable de notimex, que en Culiacán ha sido ejecutada una familia, incluyendo una mujer de 45 años y lo que es peor, un pequeño niño de 10. Todos, abatidos por ráfagas de rifles de alto poder (AR-15 y AK-47).
Esto es el colmo, insisto, de la inmundicia en la que operan estos grupos. Grupos a los que no les importa ya ningún factor a la hora de discernir sobre sus víctimas, sean hombres, mujeres o niños. Es de todos conocido que apenas hace unos años, los narcotraficantes seguían ciertos códigos no escritos sobre sus ajustes de cuentas, en los cuales las familias de sus grupos rivales eran intocables. Ahora no, y lo mismo les da ejecutar a una anciana que a un bebé o a un adolescente. La piedad cayó en desuso.
No hay mucho que comentar sobre esto, me repugna, me da asco. Y no quisiera ser pesimista, pero todo parece indicar que las luchas serán cada día más encarnizadas, producto del reacomodo de posiciones al seno de los propios cárteles, ya que con la misma velocidad con que son detenidas sus cabezas, surgen otras dispuestas a todo con tal de asumir el mando. Esto así sigue y seguirá... ¿Qué clase de país podrido nos están dejando?

Entre Tikrit, Carácuaro y hummers

El convoy militar avanzaba despacio; sobre el, decenas de soldados armados observan expectantes a su alrededor; los dedos en el gatillo son una prueba por demás elocuente de que están dispuestos a actuar de ser necesario; Esta escena no solo es parte del paisaje cotidiano en Tikrit, Baquba y Karbala, sino que ahora se reproduce con fuerza en territorio mexicano, lo mismo grandes ciudades que pequeños poblados azotados por la violencia del narco.
El ejército mexicano realiza patrullajes por calles y avenidas, instala retenes e incluso ha llegado a tomar el control de pueblos enteros, como el reciente caso del municipio de Carácuaro, Michoacán, donde se asumió un virtual estado de sitio y las autoridades civiles fueron borradas por las fuerzas militares. No quiero polemizar sobre la legalidad de dichas acciones, sino únicamente resaltar el hecho de que el ejército vuelve a jugar un papel fundamental en la seguridad interna del Estado, algo que hacía décadas no se veía en nuestro país.


Este hecho tiene múltiples aristas; por un lado, es cierto que dado el poderío de los cárteles, es indispensable enfrentarlos con la única fuerza capaz hacerles frente, ya que ni las policías federales (léase AFI, PGR y PFP) ni mucho menos las corporaciones estatales y municipales cuentan con recursos técnicos, materiales y humanos para enfrentar esta batalla. Sin embargo, también es incontrovertible el hecho de que el ejército tiene ahora la tarea de hacer el trabajo que le corresponde precisamente a las policías del país y que por muchos factores estas nunca pudieron -o quisieron- hacer. Tampoco podremos acostumbrarnos jamás a ver nuestras calles y avenidas patrulladas por tanquetas, esto no es sano, ni normal.
Por lo pronto, y siguiendo las palabras del presidente Calderón, no queda más que acostumbrarse a la presencia militar en nuestras calles, que, al menos en los cinco años que restan de su mandato, serán un elemento fundamental en la política de seguridad de este gobierno.

De Aguascalientes, San Marcos y narcos

La ciudad, rehén de intereses de todo tipo
En fechas recientes, hemos constatado la histórica transformación de nuestra otrora pacífica ciudad en una urbe violenta, políticamente inestable, donde los intereses de los grupos políticos compiten en desfachatez con las disputas de narcotraficantes que, en las narices de las autoridades, ajustan sus cuentas ante la mirada atónita de una población que aún no sabe qué diantres cometió para merecer este castigo.


El circo político
Luchas encarnizadas entre políticos, descalificaciones, traiciones, venganzas, mal uso de recursos públicos, espionaje, censura… no, no hablo de una guerra entre dos o más partidos, lo que sería lo "natural" entre la gente de esta calaña, no… me refiero a la batalla que se libra al interior del partido en el poder, el mismísimo PAN. Una interminable ola de acusaciones, patadas, manoteo entre estos panistas caníbales que no tienen empacho en despedazarse entre ellos con tal de repartirse el botín en que se ha convertido nuestro estado.
¿Y la ciudadanía? Mmm bien, gracias. Al parecer a nadie le importa ni le preocupa la sana conducción de este estado, y a la hora de las elecciones seguirán cotizando su voto en una despensa o en promesas tan banales como "reforzar" al Necaxa o construir otras diez mil gradas en el hipermoderno Estadio Victoria.


El Gobernador
Luis Armando Reynoso es todo un fenómeno, un caso que sin duda los estudiosos de un futuro cercano habrán de analizar a detalle.
Arribó al poder tras la bandera del futbol profesional, brindando toda clase de prebendas a Televisa, propietaria de los llamados Rayos del Necaxa, uno de los equipos con menos arrastre del futbol mexicano, que registraba miserables entradas en sus cotejos en la capital del país; los rayos gustosos aceptaron el cambio de residencia a Aguascalientes al descubrir la inmensa generosidad del entonces alcalde Reynoso Femat, que dicho sea de paso, si siendo tan solo presidente municipal les obsequió un estadio, habrá que imaginar los concesiones que les otorga siendo "dueño" del Estado…
Cerca de las elecciones, al cuestionar a muchas mujeres acerca del sentido de su voto, no faltaba la que aseguraba votaría por Reynoso Femat por ser "el más guapo"…
Actualmente, Luis Armando no tolera la crítica y ha llegado al extremo de sacar del aire programas informativos críticos a su gobierno. Los medios de comunicación están cooptados en su totalidad, bajo el entendido de eliminar los jugosos contratos de publicidad gubernamental si se le critica en lo más mínimo. Tan solo al leer cualquier diario o sintonizar algún noticiero radiofónico o televisivo, es fácil darse cuenta del nivel de compromiso adquirido con el mandatario, ya que la crítica brilla por su ausencia y en cambio todas son loas a la "gran labor del gobernador". Puff…


La barbarie criminal
Las señales de alerta comenzaron a finales de 2006, cuando se registraron varios "levantones" (secuestros) hacia conocidos personajes inmiscuidos en el mundo del narcomenudeo. No era algo normal en nuestra ciudad, sin embargo no se le dio mucho eco al asunto; en diciembre, la sociedad se sacudió al enterarse de la ejecución del jefe policiaco encargado de las fuerzas especiales municipales, abatido a la más pura usanza del narco, con múltiples ráfagas de armas de alto poder y una saña inaudita. Casi al instante, se implementó un cerco policiaco que persiguió a los agresores pero inexplicablemente se dieron a la fuga.
Cabe aquí hacer un paréntesis y preguntarse dónde demonios estaba el flamante helicóptero del gobierno, adquirido apenas en 2006 para supuestas tareas policiacas… bien, el aparato yace como "atractivo turístico" en la cortina de la Presa Calles, donde a escasos días de su estreno, tomaba fotos de la presa, ya que la Secretaría de Seguridad Pública lo había prestado a la Secretaría de Turismo, cual si fuera un vil volkswagen utilitario… ¡por Dios! Si el aparato en cuestión se adquirió para trabajo policiaco, es inconcebible que hubiera colisionado haciendo tareas para Turismo… en fin, el caso es que el apoyo aéreo faltó en esa persecución… y en otras que después sucederían.




Intento de secuestro al titular de la Policía Estatal
Ahora la alerta se enciende nuevamente en las corporaciones policiacas. El comandante Juan Muro sufrió el día de ayer, 3 de Mayo de 2007, lo que al parecer se trató de un intento de levantón, ya que en ningún momento trataron de asesinarlo. Fue interceptado por individuos armados, los cuales descendieron de dos vehículos y cuando se disponían a abordar al comandante, éste logró escapar subiendo al camellón central de la Avenida Aguascalientes a bordo de su automóvil. Aquí puede haber sido el entrenamiento (recordemos que el comandante Muro cuenta con una larga trayectoria policiaca al servicio de la Policía Federal de Caminos), un poco de suerte, o que probablemente los sujetos no tenían autorización de liquidarlo, ya que sin duda lo hubiesen podido hacer si lo hubieran querido.
Este asunto es sumamente delicado y debe de accionar de una vez por todas la guillotina en la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, donde el tal Filiberto Ramírez Lara se ha destacado por su ineptitud manifiesta y se ha visto rebasado ampliamente por los hechos. Inclusive, algunas fuentes señalan nexos del citado Secretario con los cárteles de la droga, acusaciones que lamentablemente no se pueden comprobar pero que al menos son dignas de comentarse.

Otra gracia del helicóptero

Con bombo y platillo, el gobernador del estado anunció hace unos días el arrendamiento de una aeronave con el fin de apoyar en las tareas de seguridad pública durante el periodo de la Feria Nacional de San Marcos.
Todos pudimos constatar ese dicho, ya que inmediatamente después de ese anuncio oficial se observaba al aparato sobrevolando por toda la ciudad, incluso en su primer día de labores se aseguró que el helicóptero había brindado apoyo aéreo en la detención de un ladrón de autos (que resultó de poca monta, por cierto). Pues bien, resulta que a la hora de la verdad, cuando realmente se necesitaba el apoyo por aire este no se dio. En la reciente persecución de las camionetas suburban que secuestraron al dueño del antro Maverick y en la que lamentablemente falleció un policía ministerial que trató de enfrentar a los delincuentes, el helicóptero brilló por su ausencia. Un aparato que posiblemente hubiera permitido la captura de estos criminales, o al menos ubicar el punto donde se resguardaron, y que nunca salió del hangar gubernamental. Se argumentó en esa ocasión que el piloto se encontraba en Guadalajara, haciendo no sabemos qué. Primera llamada, primera.
Ahora, en el fallido intento de secuestro del comandante de la Policía Estatal, donde se implementó un impresionante dispositivo a fin de rastrear a las camionetas en fuga, el helicóptero tampoco despegó. ¿Qué raro, verdad? Ahora, el argumento del tal Filiberto, pseudo Secretario de Seguridad Pública Estatal, fue que el aparato se rentó como "servicio ejecutivo" y como tal no puede realizar tareas policiacas. ¿O sea, señor Secretario, que nos engañaron descaradamente a toda la población desde el principio? En aquella ocasión se aseguró que el helicóptero se rentó para apoyar tareas de seguridad pública, y si la localización y captura de un grupo de sicarios no es un asunto de seguridad pública, entonces no sé qué sí lo sea. Eso si, el helicóptero de marras no falla en sus constantes recorridos por el perímetro ferial (probablemente vigilando que las vacas de la Expo Ganadera no se salgan de sus corrales), así como también estuvo presente en el Desfile de Primavera, cuidando que los carros alegóricos no se desfasaran entre sí, probablemente, o sincronizando desde el aire las tablas gimnásticas, no sé, cosas para las que verdaderamente puede ser útil para los aguascalentenses.
Está por demás decir que otra vez no se contó con el inútil y costoso aparato en el operativo de búsqueda de los asaltantes bancarios que atracaron el Banorte de Av. Universidad esta mañana… probablemente el piloto se encontraba vigilando desde el aire el carrousel de los juegos mecánicos, o alguna otra tarea igual de ardua. Ojalá que Dios nos cuide, ya que nuestras autoridades no.