El Vigésimo Cuarto

Siguiendo la tónica que acostumbra mantener este blog, es por demás obvio que me quejaría del 14 de Febrero y su asquerosa y vulgar comercialización; pero no, en esta ocasión no lo haré. Trataré de ponerme en los zapatos de un vendedor callejero del Pasaje Ortega o el Andador Juárez que ve en esta ocasión la oportunidad perfecta para llevarse algunos (bastantes) pesos de más a la bolsa. Veamos:

El Sr. Juan Hernández tradicionalmente vende sencillas baratijas en los tianguis; La Purísima, La Estrella y los domingos en la Línea de Fuego. Carteras con el escudo del América, cintos piteados de imitación, hebillas enormes que parecen un tazón con caballitos y por supuesto los infaltables lentes de colores tan de moda en los 90's, son sustituidos desde principios de febrero con corazones de plástico, flores sintéticas y peluches chinos. Los días más cercanos al Día D, ofrece también unos pequeñísimos ramos de gardenias tan marchitas y decoloradas que difícilmente una vaca las comería, aunque por el precio, cualquiera pensaría que está comprando rosas recién traidas de la montaña, pero no, es tan solo que la ocasión se vuelve perfecta para encajar el diente (entre otras cosas) a los clientes, que desesperados buscan lo que sea con tal de demostrarle su amor a su jainita.
Don Juan sabe que la fecha es una oportunidad inmejorable de salir del bache de Enero, y que cualquier inversión que haga se verá fácilmente multiplicada, ya que por ejemplo, las flores de plástico por las que él paga 5 pesos a su proveedor, las vende cómodamente en 25, por lo que le da gracias al cielo que la mercadotecnia convirtiera el día del Amor y la Amistad, en "Febrero, MES del Amor y la Amistad"... aunque él tambén quisiera que se institucionalizara en Abril el mes del niño, en Mayo por supuesto el mes de las madres, y ya encaminados, ¿porqué no pensar en la Semana del Compadre? ¿La quincena del Abuelo? ¿El día de las rubias? O si de importar tradiciones se trata (y en lo cual tenemos tanta experiencia), ¿porqué no implementar el famoso guiri-choco japonés? Uhmmm sería el paraíso de los comerciantes...
Ya para el 13 de Febrero, el sr. Hernández regresa fatigado a su casa, hastiado de los amontonamientos en el Pasaje pero que le beneficiaron tanto: la cangurera de la Coca-Cola repleta de monedas y varios billetes, producto de la voracidad de sus enamorados compradores, que no podían dejar pasar por alto esta fecha tan importante, a veces única en el año, en que suelen decir "Te quiero" a sus mujeres.