Cambio defectos por virtudes. ¡Módica Tarifa!

Hojeando el periódico Hidrocálido de este domingo 16 de Diciembre, me encuentro con una nota bastante llamativa, que en su título dice: “Soberbia inaudita de Arellano y que en sus líneas hace referencia a la polémica suscitada entre el alcalde electo Gabriel Arellano y el dirigente panista Arturo González; no es mi intención opinar sobre los dimes y diretes de estos dos personajes, sino lo que me verdaderamente me pareció relevante fue el manejo que el medio, en este caso el Hidrocálido, le da a la información relacionada a Gabriel Arellano, a quien han golpeado insistentemente a lo largo de varios días.

El motivo de fondo de este golpeteo mediático lo ignoro, pero será interesante descubrir si en su momento, el periódico cambia su línea y se vuelve tan benévolo en su trato hacia el alcalde electo, como lo es actualmente con Martín Orozco, Luis Armando Reynoso y todos aquellos personajes públicos dispuestos a sacar la chequera para invertir en la “difusión de sus obras”, que como siempre, suele ser un inútil derroche de recursos que pretenden enaltecer el ego de los gobernantes.

Y es que los medios son tan aburridamente predecibles… trátese del que se trate, ya sean televisoras, radiodifusoras, o medios impresos, la política editorial suele ser idéntica para todos: la compra de espacios lleva de regalo conciencias, convenientes silencios y carretadas de adulaciones.

Seguramente veremos en poco tiempo como las críticas hacia el nuevo alcalde se apagarán y se transformarán en un largísimo concierto de loas que durará mientras el Municipio siga pagando puntualmente sus anuncios pésimamente disfrazados de noticias. Y si no, al tiempo…

Altruismo, S.A.

El siguiente es un tema muy espinoso y más de uno no coincidirá con mi opinión, pero bueno, es tan solo un punto de vista perdido entre millones, así que no pasa nada... bien, esto tiene que ver con el Teletón, Televisa y sus multimillonarias colectas.
En lo personal, nunca he sentido simpatía por las campañas que se basan en el chantaje emocional para convencernos de contribuir económicamente con algo; por citar un ejemplo muy claro, los spots de Radio Universal donde básicamente intentan vendernos la idea de que si no participamos en su mentada Carrera Atlética somos unos inconscientes que gozamos con ver morir a los pequeños con cáncer, y que al inscribirnos aseguramos la cura de todos los niños enfermos del planeta... pfff... por favor, el dramatismo exagerado opaca la nobleza que pueda tener la iniciativa.
En el caso del Teletón, su función me parece sumamente útil, eso no lo pongo en tela de juicio. Con lo que no comulgo, es con convertir a los niños discapacitados en carne de cañón y explotar sus tragedias personales en un show melodramático con tal de recaudar cientos de millones de pesos.
No estoy de acuerdo tampoco con transformar los donativos en una pasarela de empresas que buscan reflectores, y pretenden erigirse como empresas socialmente responsables cuando muchas de ellas ofrecen condiciones precarias a sus propios trabajadores.
En cuanto a Televisa, es claro que también obtiene mucho con el Teletón, como el fortalecimiento de su imagen social y muy seguramente beneficios fiscales propios de la deducción de impuestos. Así, los mexicanos que cooperamos en los boteos de Teletón, apoyamos a los Centros de Rehabilitación... y de paso, a las finanzas de la televisora, a la que ayudamos con su carga tributaria.
No quiero decir con esto que toda esta iniciativa sea mala, por el contrario, la generosidad de los mexicanos ha permitido a lo largo de estos años la construcción de diversas clínicas especializadas para la atención de menores discapacitados en varias ciudades del país, lo que ha repercutido en el tratamiento de quizá miles de niños, esto está muy bien. Sin embargo, no debemos de olvidar que esto debería de ser una tarea del estado, no de un consorcio, y que si verdaderamente los mueve solamente el deseo de ayudar, deberían de tranferir la operación de los CRIT's a instancias como el DIF, que en todo el país opera con instrumental precario y que también atiende a un universo muy importante de personas.
Con lo que deberíamos de acabar sería con el circo que rodea al Teletón, convertido ahora en un larguísimo infomercial aderezado con historias de tragedias humanas, con el fin de sacarnos unos pesos de la bolsa. La ayuda a los demás debe de ser una tarea constante, y no necesariamente tiene que ser monetaria, sino del modo y en la medida en que cada quien pueda.
No se vale ser indiferente a los discapacitados durante todo el año, y sentirnos con la tarea realizada porque depositamos 10 pesos en una alcancía roja el 8 de diciembre, y menos en un país como el nuestro, donde la cultura de respeto hacia las personas con capacidades diferentes simplemente no existe... ¿o las personas que se estacionan en los lugares expresamente reservados para discapacitados? Hay que acudir a cualquier centro comercial del país y darse cuenta que a la gente le importa un pepino el invadir estos espacios (cosa que siempre me ha dado mucho coraje), y curiosamente, son las personas que liberan sus conciencias con una monedita una vez al año. O los gobiernos, como el de Aguascalientes, que con bombo y platillo anunció el donativo de 12 millones de pesos (por cierto, anunciado malamente como la "aportación del señor gobernador"... bah! ya quisiera ver que efectivamente donara esa cantidad de su propia chequera), cantidad que ciertamente será muy útil para la operación anual del CRIT Aguascalientes, pero... ¿porqué no invertir también en infraestructura urbana para dichas personas? ¿Porqué hay tan poquísimas rampas en la ciudad? ¿porqué los edificios públicos son tan inaccesibles para ellos? ¿porqué no cuentan con cajones de estacionamiento suficientes, y porqué los pocos que hay no se respetan? ¿porqué la inmensa mayoría de los taxistas no respetan los convenios pactados para apoyarlos, y se voltean para otro lado cuando una persona con silla de ruedas o aparatos les hace la parada?
Entendamos, todos, sociedad, gobierno, empresas, el Teletón mismo: la atención a las personas con capacidades diferentes no es tarea de un día, ni depende de lograr llegar a una meta millonaria cada año. Es una tarea que comienza con el respeto a sus derechos...