El Vigésimo Cuarto

De nuevo se vuelve a golpear a los mexicanos. Pero esta vez no fue un simple golpe, no, esto podría ser considerada una paliza propinada sin piedad por los abusivos dueños del maíz, con la complacencia claro del gobierno del señor Calderón.

Es en verdad indignante la patética actitud de la autoridad, la cual nos dice que “en su afán de proteger la economía de las clases más desprotegidas del país, fijaron un tope al precio de la tortilla, la cual costará oficialmente 8.5 pesos por kilogramo”. Gracias por defendernos, papá Gobierno. Lo bueno es que los mexicanos somos tan tarados que ya olvidamos que hace apenas un mes las dichosas tortillas costaban 5 pesos por kilo, así que gracias por la ayuda ¿eh?

Claro que han sobrado también los casos de comerciantes abusivos que aprovecharon la situación para fijar los precios del producto por las nubes, llegándose a encontrar en algunas regiones del país ¡hasta en 20 pesos!. Papá gobierno, como siempre, protector de la desvalida población, arremetió contra los dueños de las tortillerías, clausurando a diestra y siniestra los establecimientos que no respetan el “precio oficial”, que dicho sea de paso, nadie respeta, pero en fin. Sin embargo, el problema real no radica en los tortilleros, no se puede esperar que vendan barato cuando a ellos les han duplicado el costo de los insumos. Aquí los verdaderos responsables de este descarado atraco a la nación son los poderosos industriales del maíz, que con la mano en la cintura decidieron incrementar exponencialmente sus utilidades argumentando escasez del grano y quién sabe cuántos motivos más, con un gobierno que en lugar de regular y meter en cintura a estos grupos simplemente tomó el papel de espectador en esta gran farsa y consintió el atropello, para después tratar de vendernos la idea de que nos “ayudó” al fijar un tope (70% más caras que un mes atrás).

Ay Calderón. En honor a la verdad, no esperaba mucho de él, pero carajo, se avecina una catarata de aumentos en los básicos propiciada por el incremento del maíz que aplastará el poquísimo poder de compra del salario.

Bonito y esperenzador inicio de sexenio, ¡¡¡viva el PAN!!!