El Vigésimo Cuarto

El cinco de agosto está cada vez más cerca y con ello el tianguis electorero intensifica su actividad... toda una vendimia de promesas, esa compra y venta de conciencias a todo su esplendor, en este enorme mercado político en que se encuentra convertido el estado.

Sin embargo, el que se incremente la intensidad de la elección no significa que se suba necesariamente de nivel. El guión es el mismo de cada dos años (recordemos que solamente tenemos un año no electoral, entre procesos locales y federales), las mismas frases, las mismas promesas, las mismas colonias visitadas con el tan llevado y traído "ahora sí les vamos a cumplir", las mismas líderes de colonias tratando de acarrear agua para su molino, y sobretodo dos cosas que creo que son lo peor: los mismos candidatos, y la misma gente crédula.

Las masas siguen vendiendo su voto muy barato. En muchos casos, basta una despensa, una pelota, o un juego de enseres de plástico para convencerse de que la generosidad del candidato en cuestión es motivo suficiente para favorecerlo con el voto. Hay quienes ni siquiera necesitan eso, ya que se limitan a votar por el que se les metió más en la cabeza, gracias al poder de la radio y la televisión; por tanto, quien se anuncia más, tiene mayores probabilidades de éxito, como si de Coca Colas se tratara. Dicho sea de paso, no cabe duda que los candidatos se han convertido en un simple producto de consumo, una creación de la mercadotecnia.

Qué triste que sigan imperando las campañas mediáticas antes que el debate serio, responsable y propositivo. Qué pena que ejercicios como el debate organizado por el Instituto Electoral se hayan convertido en un acto rígido y tan prefabricado, donde incluso hubo candidatos que se limitaron a leer de pe a pa sus intervenciones y eso discúlpenme pero no puede ser nunca un debate. Podrá calificarse de otro modo, quizá una simple "Mesa de lectura de plataformas políticas" o algo por el estilo, pero por Dios, lo que vimos en días pasados inspiró pena ajena hacia varios de los participantes. Este sentimiento me embargó especialmente con las participaciones de las dos candidatas, y de verdad que no lo digo por algún asomo de misoginia ni nada por el estilo, al contrario, las mujeres merecen el más absoluto de mis respetos, ¡pero caray! Habiendo tantas, tantas mujeres tan capaces y tan sobresalientes en nuestro estado, no entiendo que estas dos señoras estén en una contienda donde francamente no tienen posibilidad alguna de ofrecer al menos una participación decorosa. Las dos pobres se sentían tan fuera de lugar, que sus manos temblorosas parecían pedirle al cielo misericordia y que terminara ese acto lo más rápido posible. Estoy seguro que incluso hubieran aceptado gustosas ceder sus turnos a cualquier otro de los aspirantes... lo que también me llamó la atención y me terminó por decepcionar de estas señoras, fue el apelar al voto femenino por el solo hecho de ser mujeres. Eso es tan absurdo como si lo hiciera también un hombre, pidiendo el voto de los varones así, nomás por machos, pa' que la alcaldía sea "cosa de hombres"... sería estúpido el planteamiento, ¿no? Pues es lo mismo para las mujeres... eso de "voten por mí porque soy mujer" está tan fuera de lugar que ya ni caso tiene comentarlo. Yo votaría por quien fuera, mujer, hombre, anciano, joven, gordo, flaco, quien sea que me convenza con su propuesta de gobierno. Apelar a condiciones de género para lograr un voto, me parece una baratija política.
Es también digno de resaltarse el hecho de que este "ejercicio de la democracia", como lo calificó el órgano electoral, no se realizará en los otros 10 municipios. ¿Motivos? los ignoro. Inclusive creo que la logística hubiese resultado mucho más simple, pero al parecer para el IEE las contiendas por el resto de las alcaldías no ameritan el esfuerzo de organizarles también un debate, pero en fin.

Estamos a unos cuantos días de unas elecciones que se anticipan competidas, aunque sin demasiada afluencia de votantes, si acaso en los parámetros normales para las llamadas elecciones intermedias, donde con muchos trabajos se alcanzará el 50% de participación. Hay que salir a votar... es una de las poquísimas formas en que el ciudadano puede ser parte de la toma de decisiones, y es un derecho que muchos desprecian, aunque eso sí, al momento de quejarnos somos bastante elocuentes.

En esta recta final, saldrán a la luz algunos golpes bajos que seguramente los partidos han guardado para el final, así como se registrará un incremento en la propaganda de todo tipo, con lo que el bombardeo de los infames spots políticos será aún más intenso. Las planas de los periódicos seguirán reproduciendo boletines de cada cuartel pudiente, y al menos seguiremos viendo a 3 candidatos en cada noticiero local, día tras día. Ojo, también ha llegado el plazo marcado por la ley que restringe la difusión de obra pública estatal y municipal, con lo que los rostros tan publicitados de Martín Orozco y Luis Armando Reynoso tendrán un descanso obligatorio, al menos por unos 30 días. No nos queda más que seguir de cerca el desenlace de esta tragicomedia, digna de ser parte de la barra estelar del Canal de las Estrellas...