El Vigésimo Cuarto

El pasado 14 de Noviembre, entraron en vigor diversas reformas constitucionales que sin duda tendrán un impacto muy importante para el país en diversos ámbitos.
Una de ellas, en el artículo 134, establece por fin un candado al uso de los medios de comunicación para la difusión de la imagen personal de nuestros gobernantes… ¡vaya, ya era hora de ponerles un freno! En nuestro país, el culto a la personalidad de los mandatarios ha sido una costumbre muy arraigada a todos los niveles, desde el alcalde del municipio más recóndito de la sierra hasta el presidente de la república, pasando obviamente por cada uno de los gobernadores de los estados, modernos virreyes del siglo XXI, que tienen la linda costumbre de colgarse de la difusión de sus labores, para promover su persona. Así, tenemos casos como el del alcalde de Aguascalientes, Martín Orozco Sandoval, que remataba con su nombre cada spot publicitario, así se tratase de un simple aviso, sin contar la cantidad de espectaculares, parabuses y lonas en cada parque, camellón o avenida de esta ciudad; Del gobernador Reynoso Femat… bueno, basta decir que en cada acto público, su eficaz equipo de colaboradores tenía preparada una gran lona (distinta para cada evento) que coronaba el presídium en la que invariablemente, un enorme rostro del mandatario sobresalía en primer plano; creo que incluso este tipo de ornamento “protocolario” resulta ser más costoso que el evento en sí; no olvidemos también que los apoyos materiales entregados por el gobernador, trátese de botes de pintura, costales de cemento o despensas, llevan una adherida una etiqueta con… claro, adivinaron, el rostro sonriente del gobernador.
A nivel federal, tenemos el caso reciente del expresidente Fox (o Presidente, como a él le gusta que le sigan llamando), quien en plena campaña electoral, nos bombardeó sin misericordia con spots realmente infames, enfocados en repetir hasta el cansancio las supuestas bondades de su administración.
Estoy de acuerdo en cerrar el paso a la autopromoción de la imagen de los gobernantes. Era una medida que debió de haberse tomado hace muchos años, pero hasta ahora se hace realidad. Sin embargo, habrá que poner atención a los caminos que ahora tomarán tanto las autoridades como los medios de comunicación, ya que unos siguen teniendo el control del presupuesto, y los segundos están ávidos de seguir explotando esa rica veta que se llama “publicidad oficial”, que incluso tiene una tarifa aún más cara que la publicidad ordinaria. Seguramente, observaremos ahora un mucho mayor número de notas pagadas, disfrazadas de noticias, veremos con más frecuencia que los noticieros de radio y televisión comienzan a “invitar” a funcionarios para platicar de sus logros, en fin, me queda la sensación de que nos quitaron a los funcionarios de los comerciales, pero ahora éstos se trasladarán a los programas… en prensa escrita, quizá no veamos al gobernador en un anuncio de media plana, pero ahora tendremos 3 o 4 notas más de él; no sé que vaya a pasar, me parece una buena medida la reforma constitucional del 134, pero… son políticos, son mañosos. Habrá que estar atentos.