Una miradita hacia atrás

Esta tarde me topé accidentalmente con un trozo de mi -aún no tan lejana-adolescencia; resulta que buscando un adaptador eléctrico que necesitaba, desempolvé una caja con toda clase de triques de ese tipo... cables, bocinas, antenas, conectores... y de pronto apareció un viejo walkman que data de mediados de los noventa, si no mal recuerdo uno de los dos que tuve en aquella época. ¡Wow!
Eso me hizo pensar un poco acerca de las maravillas que nos depara el futuro cercano. Vamos, estoy hablando de que si mi walkman era operativo hace poco más de una década, y ahora 12 o 13 años despúes los iPods nos sorprenden con cada vez más capacidad, menor tamaño y mejores funciones, imaginemos las posibilidades de los aparatos que usaremos en el próximo decenio.

Citemos ejemplos:
  • En el año 2000, mi primera memoria USB tenia la fabulosa capacidad de 128 Mb, y tenía el tamaño de un cutter grandote. Siete años después, el estándar minimo común es de 1 Gb y se pueden encontrar a precios realmente accesibles memorias de 2, 4, 8 y 16 Gb, incluso mayores (véase el caso de los sticks de 32 Gb).
  • La primer computadora que tuve en casa, tenía 6 Gb en disco duro (aún recuerdo la frase del vendedor, "esos 6 gigas no te los acabas"), 32 Mb de RAM, 4 Mb en tarjeta de video y un sofisticado Windows 98 SE con el famoso e inútil Plus!, acompañada de una modernísima impresora Olivetti JP 192... y lo mejor de todo: ¡con bocinas! y el poderosísimo Winamp 1.91, en el cual usaba mi primer disco de canciones en formato mp3 y que recuerdo que me costó bastante caro, por cierto. Después mi amigo David se convirtió en mi proveedor oficial de música, él era de los pocos que tenía internet en casa y solía dejar su conexión de acceso telefónico funcionando toda la noche para bajar una docena o probablemente un poco más de canciones, usando el iMesh. Oh, que ternura. Ahora se pueden bajar esas mismas 12 o 15 canciones -las que suele contener un disco en promedio- en un par de minutos. Los 6 gigas que tenía mi primer disco duro ahora equivalen al directorio donde almaceno unos cuantos videos y ni siquiera pensar en jugar el Rise of Nations con aquella vieja tarjeta gráfica de 4 Mb.
  • Siguiendo con la compu, recuerdo el primer quemador que compré. Un Acer que grababa a 2x... ahora, lo usual es disponer de al menos un combo DVD-CDRW. Eso sí, sigue siendo un poco lenta la grabación de DVD's, pero bueno, antes se tardaba casi lo mismo para quemar unos 700 Mb. Ahora grabo 4 Gb.
  • Las cámaras web. Eran carísimas hace unos años, y era un verdadero lujo poseerlas. Ahora las encontramos fácilmente desde 150 pesos (unos 15 dólares).
  • Los celulares, ahhh los celulares... recuerdo cuando compré mi primer teléfono móvil, un bonito Philips Isis que tenía la particularidad de que ¡funcionaba hasta con pilas AA! En verdad. Contaba con una pequeña pantalla monocromática de una sola línea y en realidad era práctico y pequeño tomando en cuenta los estándares de aquellos tiempos. Tiempo despúes llegó la modernidad y con ella el archipopular Nokia 5120, más compacto, ligero y ¡con juegos! Wow. Cuando lo compré, sentí que nunca podría tener un teléfono más moderno que aquel. Ahhh que tiempos. Ahora, el de mi hermanito tiene cámara de video, reproduce mp3, soporta Java y por si fuera poco, sirve para hacer y recibir llamadas. Nada mal.
  • Las consolas de videojuegos... uy! que cosa más interesante. Recuerdo mi viejo NES, con todo y pistola incluida para matar patos en el Duck Hunt (yo siempre intenté pegarle al perro burlón), con su clásico Super Mario Bros que tantas y tantas horas de enajenación me brindó... Ahora, disfrutamos de asombrosos juegos producto del poderío gráfico de una Xbox 360, un Wii o un PS. Maravillas tecnológicas que son apenas un esbozo del nivel de títulos que tendremos en la siguiente década.
Y podríamos seguir comparando cosas y nunca terminar. Ni hablar, los tiempos cambian y con ello nuestros accesorios. Ya veré en el futuro, cuando alguno de mis hijos (que todavía ni proyecto son) se pregunte, intrigado, cómo carajos almacenábamos cosas en memorias de un miserable giga o cómo era posible que nuestros teléfonos usaran el antiquísimo puerto infrarrojo. Tiempo al tiempo...

1 comentarios:

KibKaLamat dijo...

yo tenía un walkman como el de la foto!