El inigualable poder de Madame Zazú

Entre astrólogas, psíquicos, consejeros espirituales, chicas ansiosas y toda una legión de estafadores profesionales, transcurren bloques enteros de publicidad en cualquier canal de televisión nacional y con ellos minutos, días, semanas, meses y años sin que las autoridades (in) competentes, léase la Secretaría de Gobernación, hagan algo por frenar lo que a todas luces es un descomunal fraude de proporciones incalculables.
Desde mi muy particular punto de vista, me parece un agravio a la inteligencia del mexicano que se nos trate de embaucar con un marketing tan malo, usando clichés tan baratos como la solución de los problemas amorosos, de dinero e incluso llegando al límite del cinismo al vanagloriarse de sus poderes sobrenaturales (“nunca creí posible tanta grandeza… gracias Madame Zazú”-frase de un anuncio de la susodicha madame-).
Otros anuncios ofrecen la posibilidad de dar santo y seña de las infidelidades de la pareja, hasta el color de cabello y el nombre de la tercera en discordia, o presentan supuestos beneficiados de sus “casos de éxito”, en su mayoría miserables extras que con dificultades leen una frase en el teleprompter y que aseguran que gracias a la adivina de su predilección la fortuna ahora les sonríe (tanto así que les pagaron 200 pesos por prestarse para tal fiasco). No hay que olvidar tampoco los poderes de Walter y su equipo de “poderosos psíquicos”, tocados por el “poder de los ángeles”, “ayudan” a la gente por $35 + IVA por minuto… Hasta eso, hay que reconocer que existe una amplia variedad de opciones, todas poderosísimas, las cuales están más que dispuestas a sanear nuestras atormentadas vidas por una módica suma, con cargo a nuestro recibo telefónico.
Mención especial merecen las líneas eróticas. Me gustaría llamar a alguna para complementar esta opinión y destrozarlas con bases, pero la verdad me duele el codo pagar siquiera un minuto por escuchar la voz jadeante (supongo) de una chica que según la TV tiene medidas perfectas y un carácter hermoso, misma que muy probablemente sea una simple empleada tan fea que la pobre tuvo que tomar un trabajo así de raro porque era el único donde no iba a asustar a los clientes… Bueno, el punto es que me cuesta trabajo imaginar a algún chavo o señor quizá, llamándole a una desconocida para platicar bobadas mientras corre el tiempo y el dinero… uff, eso sí indica dos cosas: 1) Tienes dinero de sobra para hacer algo tan estúpido, y 2) Necesitas comprarte urgentemente una vida propia, real de preferencia. Creo sinceramente que es más fácil, ameno y económico invitar a alguna amiga de carne y hueso (mi sugerencia es que mejor con carne) a salir, cenar, bailar o lo que sea, o en todo caso ir a buscar alguna chica a cualquier antro, hay algunos donde la experiencia (de otros, es decir, me han contado) indica que por los mismos 402 pesos que te vas a chutar por hablar 10 minutos con la gorda celulítica que está detrás del teléfono, te basta y sobra para toda clase de fines según la chava que te topes. Incluso (se rumora), que hay algunas en ciertos antros que hasta por unas cuantas chelas se tornan cooperadoras (según mis informantes).
En fin. Ya me dio flojera ahondar más en el tema. Mi consejo es muy sencillo: Hay muchas maneras de tirar el dinero por el caño. Pero hablar para consultar tu futuro con Walter, Amira, Madame Zazú, o pseudo calentarte con los berridos de la celulítica a 35 varos el minuto, es la más idiota de todas.

"«La superstición es a la religión lo que la astrología a la astronomía, la hija loca de una madre cuerda». Voltaire "

1 comentarios:

Gato dijo...

Cuanta verdad