El Vigésimo Cuarto

Ha llegado el momento de cambiar de tema; no con ello se va a terminar el problema de la violencia en México, pero en verdad es estresante y muy cansado escribir sobre ello (no sé como ellos no se fastidian de matarse), así que voy a dar un giro a la temática y hablaré de otros tipos igualmente despreciables, pero que al menos no se matan entre ellos... bueno, algunos sí pero esa es otra historia.
Me refiero a los políticos, que andan muy activos en sus campañas en pos de obtener el voto de los hidrocálidos, con todo el folclore tan característico de estos asuntos.
En Aguascalientes tendremos elecciones "intermedias" este 5 de agosto, donde se elegirán diputaciones locales y once ayuntamientos; estas votaciones tienen un valor estratégico muy alto, dado que la nueva configuración del mapa político estatal marcará camino que habrá de seguir el gobierno de Luis Armando Reynoso.
Sin duda, la atención se centrará en la disputa por la alcaldía de Aguascalientes, el centro político y económico del estado, pretendida por el panista Arturo González, el priísta Gabriel Arellano, el perredista Andrés Reyes, el ex-priísta y ahora convergenciero Armando López Campa, el petista Guillermo Montoya, la neo verdecologista -y ex-panista- Catalina Azcona y la clarividente Olga García por el PASC.
Es por demás claro que la batalla se librará entre Arturo González y Gabriel Arellano, sin perder de vista a Andrés Reyes que con toda seguridad aportará una importante cantidad de votos al perredismo local, mientras que Armando López Campa captará también una alta votación aprovechando el capital político que arrastra tras su paso por la Profeco. El resto, son actores de reparto que están desempeñando el papel de candidatos a cambio de una posición plurinominal en el cabildo.
Por lo pronto, ha comenzado la feria electoral: los baños de pueblo, los mítines llenos de gente humilde atraída con despensas y enseres de plástico, los candidatos posando para la foto abrazando viejitas y besando niños, las calles tapizadas con sus caras sonrientes y falsas, las promesas de seguridad, empleo, servicios, parques, avenidas...
Al igual que otros años, la gente volverá a acudir en poca cantidad a las urnas, ya que históricamente las elecciones "intermedias" tienen poco poder de convocatoria, que difícilmente rebasarán un 50% de participación. También, al igual que siempre, las personas volverán a cotizar su voto en una despensa o limitarse a votar por el que más se anuncia en radio y televisión. El voto razonado sigue siendo una utopía en nuestra entidad, es por ello que las campañas se caracterizan por su bajo nivel, donde las propuestas brillan por su ausencia y el eje sigue siendo el ataque, la calumnia y la difamación.